El Esqueleto y la Osteopatía: Osteomalacia

La osteomalacia es un Síndrome que se caracteriza por un reblandecimiento de los huesos debido a la pérdida de sales calcáreas; es causado por una carencia de vitamina D y  que afecta a todo el esqueleto. Se caracteriza por el retraso de la mineralización de la matriz ósea recién formada y conduce a la acumulación de tejido osteoide. Acarrea una mayor fragilidad ósea, con la consiguiente aparición de fracturas o de fisuras espontáneas, sobre todo en las costillas, la pelvis y las extremidades inferiores. Pese a ser relativamente infrecuente, la osteomalacia debe formar parte del diagnóstico de sospecha ante un síndrome doloroso difuso sin clasificar.

Es una enfermedad del adulto; en el niño, los trastornos de la mineralización ósea se denominan raquitismo. La osteomalacia responde a tres causas principales. Puede tratarse de un trastorno del metabolismo de la vitamina D, ya sea hepático, digestivo o renal, y sobre todo de una avitaminosis, que constituye la causa más frecuente de osteomalacia. Otro posible origen es la pérdida renal de fosfato, adquirida o hereditaria. Por último, existen también causas infrecuentes relacionadas con una alteración directa del proceso de mineralización ósea.

En general, la osteomalacia mejora con el tratamiento médico, siempre que esté bien adecuado en función de la causa de la enfermedad, y a menudo los resultados clínicos son espectaculares.

El tratamiento Osteopático:

1. Permite poner en evidencia unas modificaciones patológicas de los
huesos y articulaciones, de suprimir las contraindicaciones.

Ejemplos:

– Tumores y cánceres.
– Fracturas y luxaciones.
– Infección de los huesos: tuberculosis, osteomielitis, artritis, espondilodiscitis.

2. Pone en evidencia unas afecciones que obligan al osteópata a moderar su tratamiento.

Duración de una sesión

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Varios factores se deben estudiar:

– Importancia de las lesiones.
– La edad del paciente.
– Su estado general.
– La cronicidad (antigüedad) de los trastornos vertebrales
– El modo de vida del paciente.
– Las precauciones que tendrá el paciente para evitar que vuelva el problema, es decir, el respeto de la higiene de vida vertebral y general.

El tratamiento incluye varias consultas cuyo número de frecuencia varían según los factores enumerados antes, las sesiones se alejan cuando el estado del paciente se mejora y también cuando el raquis encuentra un equilibrio estático y dinámico.

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