El sistema fascial apoya, protege, evoluciona y conecta el cuerpo humano. Puede dividirse en fascia sólida y líquida, estrechamente interrelacionadas, sin interrupción entre los diferentes componentes, lo que hace que la subdivisión de la fascia en capas sea innecesaria. Los profesionales de la salud, como los médicos y fisioterapeutas, tienen diferentes herramientas clínicas para la evaluación del paciente, incluida la palpación. El tacto se encuentra con la piel como el primer tejido fascial, pero la deformación celular resultante puede profundizarse y alcanzar el ADN de diferentes tejidos celulares. La deformación morfológica de los componentes celulares inicia numerosos mensajes mecanometabólicos y electromagnéticos; esta información afectará a toda la estructura del cuerpo, como el área palpada y los tejidos restantes no palpados. Los mecanismos que permiten a las células comunicarse entre sí se basan en los principios de la fisiología y la física cuántica. El artículo revisó estos conceptos científicos para comprender la importancia de la palpación en el entorno clínico y la complejidad del comportamiento celular, que no se comprende completamente. Se necesitan más investigaciones y estudios para implementar nuestro conocimiento de dos ciencias fundamentales: biología y física.